jueves, 4 de marzo de 2010

Queridos cerrajeros del mundo,

(A Tania por su labor de cerrajera...)

Hoy quisiera dedicarles una entrada en mi blog, que aunque sólo tenga una audiencia de dos lectores mensuales (aproximadamente...), sigue siendo un buen homenaje a su faraónica labor 24/365.

Paseando por mi nuevo barrio -bonito donde los haya- me percaté de algo insólito, inaudito, casi imperceptible. Y es que, amigos cerrajeros me di cuenta de que ustedes siempre están ahí para nosotros. Esperando a ser solicitados. Ni siquiera es necesario buscarles, ustedes siempre acabaran viniendo a nosotros en cualquier lugar y a cualquier momento, estoy segura. Eso sí, muy económico, casi gratis. Fascinante.

Ustedes saben cuanto les aprecio y por ello me atrevo a preguntarles... -y entiendo que necesiten publicitarse- ¿Porqué empapelan ustedes hasta la última puerta/persiana/ventana o incluso timbre? Me intriga pensar a qué hora y cómo colocan ustedes esas pequeñas dulces pegatinas en nuestras casas. ¿Organizan recorridos nocturnos para no ser vistos? ¿Llevan un rollo gigante de esos amarillos con millones de pegatinas o un sobre con pegatinas cortadas individualmente? Y... ¿No se dan cuenta de que el color fosforescente deja de ser efectivo cuando absolutamente todos y cada unos de sus competidores también lo usan? Ya no duermo bien. Necesito respuestas. Ahora ya saben dónde vivo. Sí, sí, es el timbre empapelado del número 2.

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