miércoles, 17 de marzo de 2010

Marta y tú

Caminaba, sin rumbo alguno, por aquellos pasillos delgados que parecían no tener fin. Iluminados por unas diminutas lámparas de hacía cincuenta años que apenas emitían un suspiro de luz. Recorría el lugar sección a sección, analizando cada estantería, escaneando hasta el último título disponible. Indecisa, caminaba arriba y abajo sin descanso dando saltitos para sortear sillas, papeles, libros… Pero al final, siempre acababa —porque era incapaz de escoger— llevándose dos libros. Marta siempre había sido una chica inquieta, irracional, imponente y hasta un poco lasciva. Siempre sonriente pero con un carácter fuerte, a veces un tanto inamovible.

-¿A qué te dedicas? —le preguntó. Marta se puso nerviosa, no era la primera vez que se veían y le encantaba.
- Yo soy Musa. —respondió Marta en tono divertido— ¿Y tú?
- ¿Yo? Yo… Mejor te lo cuento otro día...— Y se marchó.

Marta, pensativa se quedó quieta un momento, con esa sonrisilla que le asomaba casi sin querer. Miró como se alejaba y entonces siguió su camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario