domingo, 20 de diciembre de 2009

¡Qué razón tenías!

"Cuando un cuerpo se sumerge en agua, suena el teléfono". Esta es la más acertada, sin lugar a dudas, de las leyes de Murphy. Aunque debo decir que hay muchas otras que no se quedan cortas: "existen dos tipos de esparadrapo: el que no se pega y el que no puede despegarse" o "siempre se tarda más en ir que en volver".

Parece que el mundo esté en contra nuestra cuando por ejemplo esperamos una llamada durante horas. Te sientas ahí, como un tonta (entrenada para ello) mirando el teléfono que dejaste encima de la mesa bien colocadito, para -por si a caso- que no se caiga al vibrar. Sabes que si te levantas va a sonar, pero ya no aguantas más, o te arriesgas o te vas a mear encima. Así que te arriesgas. Y aquí es dónde se demuestra la grandeza de Murphy.

El teléfono, seguro, va a sonar. Y se caerá de la mesa. Las cosas van así. Porque... "el que no quiere jugar, es el que gana todas las manos".

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